El mundo del trabajo está cambiando. La globalización, el cambio climático, los cambios demográficos y los avances tecnológicos: son las mega tendencias globales que están provocando una evolución. La digitalización está generando una gran demanda de nuevos empleos que requieren competencias digitales que los jóvenes nativos digitales, centennials y millennials puedan aprovechar. Por ejemplo, soporte y operaciones digitales, operación de centros de datos, gestor de inteligencia de negocios, analista de datos, diseñador de experiencias inteligentes e innovadoras, gestor de servicios digitales, gestor de la calidad digital, defensor de la convivencia digital, diseñador de productos digitales, gestor de redes, gestor de la comunidad digital, análisis de riesgos y amenazas, ofensiva de ciberseguridad, computación forense, comunicador digital, director de cuentas comerciales, marketing digital, entre otros.

Las políticas y los marcos de gestión y operación para el trabajo de los jóvenes deben considerar: competencias, acceso a la protección social, derechos y bienestar en el trabajo, y las preocupaciones medioambientales y de equidad. Las competencias que se tienen que tener en cuenta son habilidades digitales, habilidades blandas para sacar ventaja de la nueva tecnología, habilidades creativas y de adaptabilidad, habilidades relacionadas con la sostenibilidad y la preparación para enfrentar los impactos del cambio climático.

La premisa y la práctica de la asistencia social contributiva y de los sistemas de pensiones deben adaptarse a las nuevas trayectorias de empleo y en un futuro a los cambios en el tipo y la disponibilidad de trabajar para asegurar que sigan siendo adecuados, justos, actualizados y aptos para los jóvenes. En la era digital se debe salvaguardar los derechos de los jóvenes trabajadores y su bienestar para asegurar un equilibrio de la vida laboral y personal protegiendo el derecho a la privacidad y preservando el espacio para la negociación colectiva. Además, de mayor flexibilidad en el trabajo por horas y por el uso de la tecnología que está fomentando el trabajo a distancia.

Se debe pensar en cómo asegurar a los jóvenes y a las organizaciones juveniles que sean incluidas en la configuración de las políticas y programas diseñados para responder a las necesidades en el cambiante mundo del trabajo. Así mismo, estimular su participación en ecosistemas maduros de emprendimiento e innovación.