El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) expone que la economía verde es aquella que da lugar al “mejoramiento del bienestar humano e igualdad social, mientras que se reducen significativamente los riesgos medioambientales y la escasez ecológica”. La economía verde propone la redistribución del capital natural, social y económico para generar beneficios para el desarrollo, la equidad social y la protección del medio ambiente. Refleja un cambio de paradigma hacia un enfoque holístico donde se valore la naturaleza y el medio ambiente, el bienestar humano y el desarrollo sostenible.

Ahora bien, los negocios verdes bajo este enfoque son diversos y muy atractivos incluyen bienes y servicios sostenibles provenientes de recursos naturales, eco productos industriales y mercado de carbono relacionado con el cambio climático. El biocomercio con turismo de naturaleza, con productos derivados de la fauna silvestre, maderables y no maderables y los recursos genéticos y derivados estarían entre los principales bienes, los servicios podrían estar asociados a agro sistemas sostenibles y negocios de restauración, recuperación y gestión de bio-residuos.

La economía verde en este siglo viene en auge en parte por las crisis climáticas y del medio ambiente, la sobrepoblación, el contexto y acción de la seguridad alimentaria dando lugar a enfoques como el de economía circular, consumo responsable, infraestructuras verdes, agricultura sostenible, captura y reciclaje de carbón, las energías renovables, cadenas de suministro verdes y de alta tecnología, la economía colaborativa y la economía azul (asociada a océanos y mares).

De esta dinámica también se incluye a la academia, es el caso del ranking de universidades verdes enfocado en la gestión y estado de las universidades en cuanto a climático global, conservación de la energía y el agua, el reciclaje de residuos y el transporte ecológico.

Los negocios verdes en Colombia según MinAmbiente, “contemplan actividades económicas en las que se ofertan bienes o servicios, que generan impactos ambientales positivos y además incorporan buenas prácticas ambientales, sociales y económicas con enfoque de ciclo de vida, contribuyendo a la conservación del ambiente como capital natural que soporta el desarrollo del territorio”.

El sello verde es un requisito de certificación para no solo acceder a mercados europeos y mundiales sino también a calidad en temáticas ambientales en donde se debe optimizar el uso de la materia prima (consumo sostenible), la mejora de la eficiencia de los procesos (reducción de consumo de servicios), la disminución del riesgo de accidentes y la reducción de la generación de residuos y/o reutilización de los mismos.

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